En una nueva escalada de la guerra, Ucrania lanzó su mayor ataque con aviones no tripulados contra Moscú, enviando 91 aviones no tripulados hacia la capital rusa y 337 por todo el país, según funcionarios rusos (vía Reuters).
Dos trabajadores de un almacén de carne perdieron la vida por la caída de escombros, mientras que otras 18 personas, entre ellas niños, sufrieron heridas. El asalto obligó a suspender brevemente los vuelos en los cuatro aeropuertos moscovitas, pero no alteró la rutina de la ciudad, ya que los viajeros siguieron su trayecto habitual.
El Kremlin, a pesar de sus defensas aéreas en capas y sus contramedidas electrónicas, sigue enfrentándose a la creciente presión de los ataques ucranianos con aviones no tripulados, que han atacado infraestructuras clave y emplazamientos militares en el interior de Rusia.
A medida que ambas naciones perfeccionan sus tácticas con aviones no tripulados y amplían los límites tecnológicos, el conflicto se está convirtiendo en una competición de innovación y resistencia en la que hay mucho en juego. Por ahora, está por ver cómo responderá Moscú a este ataque sin precedentes.