Según el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha cambiado significativamente la opinión pública europea, degradando al país de aliado de confianza a socio pragmático pero inevitable.
El estudio, basado en encuestas realizadas en 14 naciones europeas, pone de relieve un creciente escepticismo hacia la política exterior de Washington y advierte de que el enfoque de Trump podría dividir a los líderes europeos en un momento en que la unidad es fundamental, ya sea para negociar el fin de la guerra en Ucrania o para gestionar las tensiones con China.
Mientras que bastiones transatlánticos tradicionales como Polonia y Dinamarca consideraban antes a Estados Unidos como un aliado, muchos lo califican ahora de "socio necesario", un sentimiento del que se hacen eco incluso en el Reino Unido, conocido desde hace tiempo por su "relación especial" con Washington.
Sin embargo, el informe también sugiere que este momento de "crepúsculo transatlántico" podría ser una oportunidad para que Europa afirme una mayor influencia mundial, si puede superar las divisiones internas y forjar una estrategia de política exterior más independiente. Por ahora, está por ver si los líderes europeos pueden navegar por este nuevo panorama geopolítico sin fracturar su propia unidad.