Antes de empezar, dejadme compartid con vosotros dos hechos concretos para poner en contexto estas primeras impresiones con Paper Mario: La Puerta Milenaria para Nintendo Switch. Primera: Lo confieso, no jugué al original de Gamecube. Ya podéis cerrar la página del navegador. Segunda: Sí que le he dado mucho a la serie y tengo muy recientes Super Mario RPG, Paper Mario: The Origami King y Princess Peach: Showtime! para la consola híbrida. Dos datos muy circunstanciales y con los que os identificaréis solo unos pocos, pero para que sepáis por dónde voy.
No penséis que no conocí la era Gamecube. La viví con enorme pasión, coseché una colección envidiable para la época y gocé sus exclusivos como el que más. Pero me faltó La Puerta Milenaria, esa entrega de la que todo el mundo hablaría maravillas durante veinte años, señalándola como la mejor de toda la saga. Naturalmente, todo nació con el mencionado Super Mario RPG para SNES, y desde ese concepto de Square Enix, Intelligent Systems arrancó en Nintendo 64 una rama que lleva nada menos que seis entregas. Pero los fans siempre te dirán que esta segunda fue simplemente insuperable. La más pura y auténtica, por descontado.
Tras jugar los primeros compases o capítulos de lo que es naturalmente una aventura bastante larga en el remáster para Switch, empiezo a entender por qué. Al mismo tiempo, me deja algo descolocado jugarla en estos momentos. No porque no fuera hora ya de que se adaptara a consolas modernas y más lógicamente a Switch, sino porque el hecho de haber jugado a su germen hace apenas unos meses, la coincidencia de que en casa estábamos rejugando The Origami King, y el punto añadido de que no hace ni un mes que completamos el juego de Peach, hace que todo me resulte extrañamente familiar y que haga odiosas comparaciones que tienen poco sentido si aislamos cada título. ¿Y lo de Peach, por qué? Por todo el ambiente teatral que empleaba este clásico.
Dejando el tema y a falta de completarlo y brindaros un análisis en profundidad, por ahora tengo la sensación de que Paper Mario: La Puerta Milenaria para Nintendo Switch es un juego genial para completar su catálogo en el año de su ocaso, un relleno de lujo si queréis, pero que quizá merecía más exclusividad, sobre todo para los que compramos todas las novedades de Nintendo o de Mario.
Quejas sobre el juego en sí, sobre la experiencia hasta ahora, pocas tengo. Al no ser un remake completo como ese Super Mario RPG, como el reciente Mario vs. Donkey Kong o como The Legend of Zelda: Link's Awakening, se notan sus raíces cúbicas. Se ve muy bonito y sobre todo mejoran luces, colores y resolución, pero la geometría y la animación delatan su origen, algo que solo os importará si, vaya, como yo, os habéis deleitado recientemente con el despliegue visual de The Origami King.
Lo otro que aprecio y que espero que sea un pequeño glitch o bug que resuelvan antes del 23 de mayo son ciertos cortes en la música. Ojo (u oído), me encanta que apuesten por sonido envolvente 5.1 en esta ocasión, lo que brinda un espacio sonoro 3D con el jugador inmerso en él, pero hay alguna cuestión técnica que pulir. Por cierto, los temas de las primeras áreas son quizá demasiado animados o cansinos para la acción real que hay en pantalla, quizá una lacra de los 2000 que se acentúa con esos cortes y que contrasta, vaya (y 2), con las fantásticas melodías noventeras de Yoko Shimomura.
Por lo demás, me está enganchando lo que me esperaba: su genial sentido del humor apoyado en una fantástica localización al castellano para España y su buen ritmo dinámico entre exploración y combates. Queda patente que este juego consagró la fórmula probada en el Paper Mario original, y que tampoco se veía forzado a hacer los experimentos que vinieron después con mayor o menor éxito. El sistema de combate se basa en las premisas de RPG con su pulsación de botones en el momento justo y sus acciones y objetos marianos, amén de ya incorporar la entrada en combate con ataque en el mundo. Después, añadía el factor del público y el decorado con aquello del teatro, una innovación no intrusiva y bastante curiosa.
No os quiero contar mucho más por ahora de lo que promete ser una aventura tan hilarante como encantadora pese a su edad. Los que la conocéis, ya sabéis cómo avanzan la historia y las mecánicas en los siguientes actos. Y probablemente ya tenéis decidida su compra. Los que no, a lo mejor esperáis a lo que os digamos los que lo hayamos completado en las próximas semanas, pero yo quizá tendría en cuenta la peculiar situación temporal del lanzamiento respecto a otros, para que un retorno tan esperado no resulte demasiado familiar.