En su primer discurso en el extranjero desde que asumió el cargo, el vicepresidente JD Vance transmitió un firme mensaje a los líderes europeos y asiáticos en una cumbre celebrada en París: Estados Unidos está decidido a liderar la carrera mundial de la inteligencia artificial.
Vance hizo hincapié en que la postura agresiva de la Administración Trump en materia de IA significa que Europa debe adoptar tecnologías diseñadas en Estados Unidos o arriesgarse a quedarse atrás, sobre todo porque naciones como China están preparadas para desafiar a Estados Unidos en este espacio.
Al tiempo que instaba a Europa a flexibilizar su normativa digital, dejó claro que el futuro de la IA no estaría determinado por preocupaciones sobre la seguridad. En lugar de ello, enmarcó la competición como una cuestión de oportunidad tecnológica, advirtiendo de que quienes vacilen corren el riesgo de caer bajo la influencia autoritaria.
El discurso supuso un cambio radical respecto a la retórica más prudente de cumbres anteriores, incluida la Cumbre sobre Seguridad de la IA. Los comentarios de Vance se vieron acentuados por el contexto más amplio de la política comercial estadounidense, incluidos los recientes aranceles sobre el acero extranjero y un enfoque más beligerante respecto a las normativas europeas. De momento, está por ver si Europa ajustará su marco normativo para alinearse más con la visión de Estados Unidos.