La Iglesia de Inglaterra está tomando medidas para hacer frente a un creciente escándalo de abusos a menores dentro de sus filas, con la apertura de procedimientos disciplinarios contra diez clérigos, entre ellos el ex arzobispo de Canterbury, George Carey (vía Reuters).
Esto sigue las recomendaciones de un informe del pasado noviembre, en el que se criticaba a la Iglesia por no haber actuado contra uno de sus abusadores en serie más notorios, el difunto John Smyth. Smyth, que trabajaba en campamentos de verano cristianos, abusó de más de 100 niños y jóvenes durante cuatro décadas.
Las acciones de la Iglesia se producen después de que el ex arzobispo Justin Welby dimitiera en respuesta a estos descubrimientos, reconociendo el fracaso de la Iglesia en la protección de los vulnerables. Aunque el proceso se encuentra aún en sus primeras fases, los resultados podrían ir desde prohibiciones permanentes hasta dimisiones, ya que la Iglesia de Inglaterra trata de garantizar la rendición de cuentas de los implicados.