El ejército ruso ha recuperado los pueblos de Viktorovka, Nikolaevka y Staraya Sorochina en la región occidental de Kursk, haciendo retroceder a las fuerzas ucranianas que habían mantenido la zona bajo su control desde la incursión transfronteriza por sorpresa del pasado agosto (vía Reuters).
Las posiciones ucranianas en Kursk se han ido desmoronando en los últimos días, y los mapas de fuentes abiertas indican un cerco por parte de las tropas rusas. Mientras Moscú estrecha el cerco, fuentes prorrusas sugieren que ya está en marcha un asalto a Sudzha, una ciudad clave cerca de la frontera.
La situación de los defensores ucranianos parece cada vez más precaria, lo que marca un cambio significativo de impulso en este frente. Por ahora, queda por ver cómo responderá Kiev al empeoramiento de las condiciones del campo de batalla.