Tras la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel generalizado del 25% a las importaciones mexicanas, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, expresó su desaprobación y prometió tomar medidas (vía Reuters).
Sheinbaum calificó la medida de injustificada y perjudicial para ambas naciones, señalando sus fuertes lazos comerciales, especialmente en el sector automovilístico. El arancel corre el riesgo de socavar décadas de integración económica, y México, un socio comercial clave, está dispuesto a tomar represalias.
Aunque Sheinbaum no dio detalles concretos sobre la respuesta de su gobierno, confirmó que se introducirían aranceles de represalia y que se discutiría más a fondo en un acto público en Ciudad de México, mientras el peso mexicano bajaba y el mercado bursátil caía.
Sheinbaum subrayó que las empresas y los consumidores estadounidenses sentirían el impacto de estos aranceles a través de subidas de precios, especialmente en la industria automovilística. Por ahora, queda por ver cómo se desarrollará la situación.