Rafa Nadal dejó la raqueta el año pasado, a los 38 años, poniendo fin a una de las carreras tenísticas más exitosas de todos los tiempos, en la que ha ganado 22 Grand Slams, dos medallas olímpicas de oro y cinco Copas Davis. A principios de esta semana, recibió un homenaje especial en la 25ª edición de los Premios Laureus en Madrid, al recibir el Premio Icono del Deporte.
Allí le preguntaron si echa de menos el tenis, y tiene una respuesta muy clara. "No echo de menos el tenis. Es más, lo echo de menos cero. No porque terminara cansado o peleado con el tenis. Para nada. Terminé feliz y si hubiera podido seguir jugando lo haría porque me apasionaba.
"Pero cuando uno se da cuenta que no puede cierra la etapa. Tardé el tiempo que necesitaba en tomar la decisión porque necesitaba tiempo para ver que la decisión era adecuada. Estar en el sofá de mi casa pensando en jugar sí me hubiera molestado", dijo el Nadal (vía EFE).
El manacorí de 38 años explicó que se tomó su tiempo para darse cuenta de que si su tenis era lo suficientemente bueno como para competir. "Cuando me di cuenta que no, tomé la decisión de parar. Por eso no lo echo de menos, porque terminé con la tranquilidad de saber que dí todo y mi cuerpo no da para más. Ahora sigo el tenis, veo los partido que me interesan, pero igual que el resto del deporte".
Nadal también se convirtió en el primer deportista en ganar los premios al Deportista del Año, al Regreso del Año, a la Revelación del Año y el Premio Laureus al Deporte para el Bien.