Durante una reunión celebrada el martes en la Casa Blanca, Donald Trump reiteró su plan para que Estados Unidos tome el control de Gaza y reubique permanentemente a sus residentes, una medida a la que se opone firmemente el rey Abdullah de Jordania.
A pesar de la reacción violenta de los aliados árabes de Washington, Trump sigue comprometido con este plan"inmobiliario", argumentando que tal acción conduciría a la revitalización económica y a la estabilidad de Oriente Medio. La reunión tuvo lugar en el contexto de la congelación de 90 días de la ayuda exterior decretada por Trump, que ha dejado a Jordania en una situación precaria, dada su dependencia de la ayuda estadounidense.
Mientras tanto, Hamás ha interrumpido la liberación de rehenes, acusando a Israel de romper el alto el fuego, lo que ha llevado a Trump a amenazar con la cancelación de la tregua si no se libera a los rehenes antes del sábado. La propuesta ha complicado aún más una situación regional ya delicada, en la que Jordania teme un aumento de la radicalización y la inestabilidad.
Según una encuesta reciente de Reuters, el 74% de los estadounidenses se oponen a que Estados Unidos tome el control de Gaza, lo que pone de relieve los desafíos internos a los que se enfrenta Trump para sacar adelante su plan. Por ahora, queda por ver cómo contrarrestarán Jordania y otras naciones árabes el controvertido planteamiento de Trump.