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Xbox Game Pass: mucho brillo y algunas manchas

Repasamos las claves del servicio a la carta de Microsoft para su consola y analizamos varios posibles escenarios a futuro.

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Xbox Game Pass, el servicio de suscripción de Microsoft para su consola Xbox One y que no tardará en adaptarse a PC y otros dispositivos, parece haber llegado para quedarse pero, ¿es oro todo lo que reluce? En principio Phil Spencer y su gente pueden estar más que satisfechos con el resultado obtenido, e incluso los suscriptores celebrarán las nuevas incorporaciones y las cifras que maneja la compañía de Redmond a este respecto. Sin embargo no conviene olvidar otros factores que más adelante repasaremos.

Entre mayo y junio de 2017 el mal denominado por muchos como "Netflix de los videojuegos" (sería así si jugáramos en streaming como ocurre en PlayStation Now, un servicio que, por desgracia, aún no podemos disfrutar ni en España ni en Portugal), aterrizó en Xbox One y lo hizo con no pocas dudas, aunque estas se han ido disipando con el paso de los meses, especialmente para unos consumidores que han visto cómo su catálogo engordaba con potentes IP. Sobre todo de la casa, como Forza Horizon 4 o Sea of Thieves, juegos que llegaron junto a su lanzamiento en tiendas. Aunque alguna desarrolladora third, o mejor dicho, alguna editora, también se ha subido al carro, verbigracia Funcom con Mutant Year Zero.

La tónica general, por el contrario, no es esa, y es más común encontrar en Game Pass juegos con unos cuantos meses a sus espaldas e incluso juegos que vieron la luz en Xbox 360 o hasta en la primera Xbox, como Star Wars: Caballeros de la Antigua República. En este sentido, sí se parece a Netflix, Amazon Prime Video o Hulu, pero también es aquí donde también encontramos una de las mayores carencias del servicio: no cuenta con juegos creados ex profeso para él, por lo que mucha gente se pensará si adquirirlo, sobre todo viniendo de un mundillo, el de los videojuegos, donde prima la inmediatez y estos se consumen más que jugarse dada la alta oferta que encontramos cada mes.

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Game Pass no tiene contenido propio y eso es un lastre del que Microsoft debe desprenderse si quiere que todavía más gente se fije en ello. Este parece ser un mal endémico en toda esta generación en la consola estadounidense, que ha visto cómo infinidad de usuarios daban el salto a la competencia por una serie de decisiones discutibles durante la presentación de la máquina en sociedad, pero también porque tanto PlayStation 4 como Nintendo Switch cuentan con un catálogo plagado de desarrollos exclusivos. Ahora que los americanos parecen haber abierto la billetera (adquisición de Obsidian Entertainment, inXile Entertainment, Playground Games, etc), es el momento perfecto para animar a todos aquellos posibles compradores a adquirir su suscripción mediante contenido realmente único y de calidad.

Xbox Game Pass: mucho brillo y algunas manchas

Tampoco podemos olvidar que todos los juegos adquiridos a través de Xbox Game Pass han de descargarse primero e instalarse después, por lo que su catálogo de más de 200 títulos se verá seriamente recortado dada la capacidad de nuestro disco duro, y es que al no ser un servicio en streaming no podremos cambiar con la frecuencia deseada nuestra biblioteca. Por el contrario eso nos hará profundizar más en aquellos que descarguemos, evitando así, aunque parezca algo imparable a estas alturas, el consumo indiscriminado y sin filtro de contenido que empieza a darse ya en otras artes visuales.

Otro de los riesgos que puede acarrear es el hecho de que, al igual que ocurre con muchos usuarios tanto de Xbox Live como de PlayStation Plus, los de Game Pass dejen de comprar determinados juegos, sobre todo independientes, si saben o sospechan que pronto acabarán en este servicio de suscripción. El equilibrio a guardar aquí es tremendamente complicado y ni Sony ni Microsoft han sabido hacerlo adecuadamente con sus sistemas de juego online de pago, donde la calidad de los títulos que se "regalan" ha ido mermando con el paso del tiempo provocando quejas entre la comunidad; aquí la ira de los usuarios puede ser todavía mayor ya que es algo por lo que estamos realmente realizando un desembolso, que además va aparte del de Xbox Live.

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La realidad, por el momento y hablando del terreno indie, parece ser otra, como bien apuntaba hace algunas semanas Agostino Simonetta, cabeza visible del proyecto ID@Xbox quien aseguró que, hasta la fecha, este servicio está suponiendo "la oportunidad perfecta para nosotros a nivel de negocio, para los consumidores por el valor y la variedad, y también para las publicadoras y desarrolladores"; en definitiva, ahora es tanto un escaparate para estas pequeñas desarrolladoras que ven publicado su proyecto junto a otros de mayor calado, como una fuente segura de ingresos, aunque cómo reparte Microsoft las comisiones no es de dominio público.

Es en los juegos triple-A donde hay todavía más dudas acerca de la convivencia del servicio con el mercado tradicional. Si bien actualmente este Xbox Game Pass no ha canibalizado las ventas de juegos como Forza Horizon 4 en nuestro país, como así nos lo hacía saber la responsable de Xbox en España, Fernanda Delgado, es inevitable pensar en qué pasará cuando más gente se beneficie de las bondades del servicio. ¿Seguirán pagando 60 o 70 euros por novedades a sabiendas de que antes o después podrán disfrutarlas con su mensualidad? Seguramente con los juegos de terceras no haya problema pues tardan meses o años en llegar, pero los de la propia Microsoft correrían el riesgo de no resultar rentables en formato físico, siempre poniéndonos en el peor escenario posible. Por otro lado, si se consigue la base suficiente de suscriptores, podría darse el caso de que todas, o casi todas las producciones vieran un trozo del pastel, pero este ha de ser de un tamaño mucho mayor del que es hoy en día.

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Volviendo a temas más positivos, Phil Spencer, director a nivel global de Xbox, ha dado recientemente unas cifras bastante positivas acerca de esta plataforma, lo que hace pensar que los pasos de Microsoft en este sentido van por el buen camino. Por ejemplo, sus usuarios juegan a un 40 % más de juegos que antes de unirse, lo que significará para muchos abrazar títulos y géneros que hasta ahora no se habían planteado siquiera probar, y eso es algo que beneficia a la industria en general. También ha redundado en un incremento en el número de jugadores totales por juego, habiéndose hasta sextuplicado en determinados casos. Esto último es especialmente interesante en juegos multijugador online, como Sea of Thieves, título que hemos sabido ha resultado rentable al binomio Rare-Microsoft, incluso apostando por incluirlo en el servicio desde su salida.

Por lo tanto, la perspectiva de futuro es bastante halagüeña con respecto al Game Pass de Microsoft, con una inclusión en PC que se espera sirva para sumar un buen puñado de nuevos suscriptores, algo que beneficiará especialmente, al menos a nivel usuario, a aquellos títulos que cuenten con cross-play (el juego compartido entre versiones de distintas plataformas).

No es perfecto, los juegos cada día ocupan más y los HDD de nuestra consola empiezan a quedarse pequeños, por lo que no sería raro que este servicio se expandiera con una versión en streaming de la mano del proyecto xCloud, que es hacia donde parece que se dirige la industria, aunque afortunadamente para los coleccionistas, todavía despacio. Su desembolso de casi 120 € al año puede parecer mucho, pero realmente no es tanto, sobre todo si tenemos en cuenta que actualmente están llegando títulos con relativo poco tiempo a sus espaldas y de calidad más que contrastada, aunque no esperéis ningún AAA de una third party; además la propia Microsoft oferta las bondades de su plataforma constantemente, por lo que podemos llegar a ahorrar hasta un 50 %.

¿Hay hueco para todos? Todavía es pronto para decirlo y posiblemente y con tan solo un año y medio en el mercado sea algo que se sigue estudiando de forma interna, pero de momento tanto desarrolladoras como editoras y la propia compañía de Redmond parecen bastante satisfechas con los resultados obtenidos, ya sea hablando en términos de facturación, número de usuarios o visibilidades, tres elementos que van de la mano.

Quizás la marca Xbox y sus responsables deberían ser todavía más agresivos y no basar su mensaje en el precio y en los números puros y centrarse en ofrecer contenido exclusivo de calidad, que es en lo que, por fin, se basan servicios similares de televisión, pero debe darse prisa, porque PlayStation Now no puede estar muy lejos de su desembarco en nuestras fronteras y ya hay otros servicios como Wade tratando de sacar tajada de algo que se antoja como el futuro de los videojuegos, o al menos seguro que se le parece.

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