Luis Enrique se convirtió en el protagonista de la victoria del PSG en la Champions League. Sin una megaestrella como Messi, Neymar o Mbappé, fue un triunfo del trabajo colectivo, el compromiso y el juego táctico, que se tradujo en una victoria por 5-0, el mayor margen de goles de la historia en una final de la Liga de Campeones. Y todo ello personificado en el entrenador, Luis Enrique, que vivió una noche mágica y emotiva, en la que la afición del PSG rindió un sentido homenaje a su difunta hija Xana.
Hace diez años, Luis Enrique ganó otro triplete (liga, copa y Champions) con el FC Barcelona. Una imagen entrañable de aquel partido fue cuando su hija, Xana, ondeaba una bandera en el campo. Lamentablemente, Xana murió en 2019 debido a un osteosarcoma, una forma rara de cáncer.
Luis Enrique, que llevaba una camiseta con un dibujo de su hija, que dio nombre a la Fundación Xana, dedicada a dar apoyo a niños y jóvenes con cáncer y a sus familias, se emocionó al ver un tifo expuesto en el Allianz Arena de Múnich, en el que se mostraba una recreación de esa escena, con Xana vestida con una camiseta del PSG.
Preguntado por la pancarta en la rueda de prensa, Luis Enrique dijo que era un homenaje muy emotivo, pero añadió que "no necesito ganar una Liga de Campeones o un partido para recordar a mi hija. Mi hija siempre está ahí, apoyando a la familia". Añadió en una entrevista a Movistar que siente a su hija más cerca "en la victoria y sobre todo en la derrota".
Luis Enrique siempre ha expresado este sentimiento respecto a la pérdida de Xana, pero volvió a recalcarlo: "Lo siento especialmente cuando perdemos. Se trata de centrarse en todas las cosas buenas que vivimos con mi hija, y sacar lo positivo de lo negativo. No es el momento de estar triste o emocionado. Xana siempre estará conmigo y con nuestra familia".