FIFA 18 ha conseguido sorprendernos todavía más en esta segunda entrega con Frostbite, renovando tantísimos aspectos de la jugabilidad que le hacían ya falta a la franquicia si no quería estancarse. En ésta edición, el gameplay ha sufrido un profundo lavado de cara que, si bien no es muy notorio en vídeos, una vez te pones a los mandos de éste FIFA 18 no puedes volver a ninguna versión anterior. Veamos en éste análisis si la propuesta de EA Sports cumple o no con lo prometido.
Cuando Electronic Arts presentó los primeros vídeos de FIFA 18, no fueron pocos los que opinábamos que lucía muy parecido a su predecesor. Pero como ya comentamos en el párrafo anterior, ya tras el primer minuto de juego notamos que los cambios son muy acentuados y empezamos a notar de forma evidente todo lo prometido para este año. ¿Y cuál es el plato estrella para esta temporada? Pues bien, no son uno, si no tres, PlayerID, TeamID y una ambientación inmersiva.
Tanto el PlayerID como el TeamID permiten recrear con mayor fidelidad los movimientos de los jugadores y los estilos de juego de los equipos más famosos, respectivamente. Este añadido lleva ya varias entregas en su máximo rival, y no ha sido hasta ahora cuando FIFA ha apostado fuerte por ello.
Era muy frustrante ver cómo todos los equipos te jugaban al 'tiki-taka'. Daba igual enfrentarte al Real Madrid o a un equipo de la segunda división italiana, cada partido era igual independientemente del rival. Ahora gracias al TeamID, se han introducido cinco estilos de juego perfectamente reconocibles y adaptados a cómo cada conjunto juega en la realidad. Estos son catenaccio, directo, contraataque, pases rápidos y presión, un abanico de posibilidades que puede no parecer demasiado extenso pero que da mucho más juego contra la CPU del que pensamos.
El ejemplo más claro lo encontramos en un partido Real Madrid contra Atlético de Madrid, dos equipos con un estilo tan diferenciado que ahora es recreado a la perfección en FIFA 18. Los merengues aprovechan las bandas con Ronaldo y Bale tocando rápidamente y explotando los laterales del terreno de juego, mientras que los colchoneros se cierran atrás para salir rápidamente al contraataque gracias a la velocidad de Griezmann o Carrasco. Esto siempre hablando de cuando es la máquina quien controla a cada equipo, ya que luego nosotros podemos adaptarlos a nuestra forma de jugar.
En lo que respecta al PlayerID, es un gusto ver a futbolistas de la talla de Ronaldo, Griezmann, Sterling o Robben recrear perfectamente sus movimientos y su desempeño con el balón en los pies. Pero aunque solamente han sido unos pocos jugadores recreados fielmente (esperemos que el próximo año lo vayan ampliando), el resto se ha beneficiado de esta medida, ya que EA ha agregado distintos tipos de cuerpos y formas de correr. Este error llevaba años arrastrándose, siendo muy común ver los mismos movimientos en un defensa alto y corpulento que en un extremo rápido. Por fin ha sido corregido.
Afortunadamente, éstas no han sido las únicas mejoras que ha sufrido la jugabilidad. FIFA 18 tiene un tempo de juego algo más pausado, apoyándose en unas animaciones más fluidas y mejor encadenadas, así como una respuesta de los jugadores más inmediata. Esto último, por otra parte, es algo negativo y no nos ha terminado de gustar del todo como se desarrolla.
El balón es un poco más pesado pero también más ágil que en el 17, y si juntamos a la instantánea capacidad de reacción de los deportistas, nos da lugar a un juego más rápido, acelerado y que se apoya en exceso en el triangulazo. De hecho, el título te invita a jugar así y hasta la CPU se aprovecha de ello, echando por tierra ese tempo más realista. Esto supone que el mediocampo se vea lastrado por esta medida, ya que en apenas cuatro o cinco toques nos plantaremos en la portería rival. Dependiendo de tu estilo, lo verás con mejores o peores ojos, pero lo que está claro es que FIFA 18 continúa alejándose de la simulación apostando por una visión más arcade del deporte rey. Cuestión de gustos.
Lo que sí ha mejorado enormemente (y de manera positiva), es la nueva forma de defender. Sigue manteniéndose la defensa táctica implementada hace seis años, pero en esta edición es mucho más manual y satisfactoria. Ya no puedes presionar y entrar a lo loco, ahora la mejor forma de robar la pelota es aguantar al rival y bregar en el momento oportuno, ya que de otra forma fallaremos y nos veremos expuestos completamente. La curva de aprendizaje es relativamente sencilla y tras unos partidos acabas acostumbrándote. Te llevará más o menos tiempo según sea tu forma de defender.
Por si fuera poco, no es tan fácil marcharte en velocidad de los defensas. Tanto su mejor posicionamiento como unos forcejeos más naturales y eficaces, nos ayudarán a desempeñarnos mejor en las tareas defensivas. Atrás queda la impotencia de ver como un delantero veloz se iba sin despeinarse de todo un Godín o Ramos. A esto hay que agregarle un motor de impactos más refinado, evitando que veamos las situaciones raras que se desencadenaban anteriormente. En referencia a los porteros, éstos son más humanos y ya no paran tantísimas, algo de agradecer.
En lo que respecta al ámbito ofensivo, los delanteros tiran de forma más inteligente los desmarques, dando lugar a todo tipo de jugadas. Esta temporada se ha hecho especial hincapié en el nuevo sistema de centros, otorgándonos más opciones a la hora de centrar desde la banda. Tras varios partidos, hemos comprobado que estos nuevos centros están un poco rotos, y no han sido escasas las ocasiones que han acabado en gol. Veremos si EA Sports lo soluciona en una futura actualización. Eso sí, los tiros lejanos no son tan efectivos como en la demo, pero todavía siguen entrando un porcentaje bastante alto.
Finalmente, la otra gran novedad de FIFA 18 son los ambientes inmersivos que ya comentamos al principio del análisis. El equipo de Vancouver ha hecho especial hincapié en la regionalización del público: los aficionados se comportarán de manera distinta según donde juguemos. Estas diferencias ya de por sí son muy notorias en un partido de LaLiga Santander española y otro de la Premier League inglesa, siéndolo aún más si jugamos un Boca - River en la Bombonera, por ejemplo.
Adornos visuales en el campo, pancartas para el equipo y sus jugadores, cánticos personalizados... Un sinfín de añadidos que provocan una mayor inmersión en los estadios. Por si fuera poco, los aficionados han sido recreados en alta resolución, con muchos más detalles y vivos que nunca. Atrás quedan los inertes monigotes de siempre, ahora el público se agachará si un balón va hacia ellos o correrá hasta abajo para celebrar el gol de su equipo. Grandísimo trabajo de EA Sports en la ambientación.
Respecto a los modos de juego, Alex Hunter regresa a nuestros hogares con la segunda temporada de El Camino. El año pasado, la compañía canadiense apostó fuertemente por este modo historia, una modalidad que los jugadores llevaban tiempo demandando y que se ha convertido en todo un éxito a estas alturas.
Al iniciar la nueva campaña, podemos optar por elegir una nueva versión de Alex Hunter, o continuar la aventura con nuestros progresos de FIFA 17. Esto significa que las elecciones que hicimos, incluyendo el club de Hunter y su comportamiento (chulo o modesto), serán traspasadas a la nueva temporada. Después de ver un breve clip recapitulando lo que pasó en el juego anterior, seremos llevados a Brasil, donde Alex disfruta de su último día de vacaciones con su amigo Williams. Este agradable comienzo nos servirá para incluso jugar un partido tres contra tres contra tres chicos brasileños al más puro FIFA Street.
La campaña está dividida en seis capítulos, y el primero de ellos se desarrolla en la pretemporada de nuestro actual club. Participaremos en un torneo en los Estados Unidos, enfrentándonos en el primer partido contra el Real Madrid de Cristiano Ronaldo, un Ronaldo que interactúa con Hunter incluso durante unos instantes. El portugués no es el único futbolista invitado a El Camino, pues veremos en las cinemáticas a otras estrellas como Antoine Griezmann, Delle Alli, Rio Ferdinand, Thierry Henry e incluso al jugador de baloncesto James Harden.
Además de mostrar su vida como futbolista profesional, El Camino se centra en el lado más personal de Alex Hunter. La narrativa cuenta con multitud de acontecimientos inesperados, así como mayor cantidad y calidad en las cinemáticas. Tomaremos varias decisiones importantes durante la historia, repercutiendo varias de ellas en su desarrollo. A nivel global, el argumento es muy superior y los valores de producción más espectaculares si caben. Y jugablemente, tendremos la ocasión de jugar de forma cooperativa local con un amigo. Se ha incluido de serie el doblaje al español, rozando un muy buen nivel en la interpretación a nuestro idioma. El principal problema que ello acarrea es que las voces de los jugadores reales como el propio Ronaldo se mantienen en inglés, dando lugar a situaciones un tanto extrañas.
Una de las características más llamativas es el hecho de poder personalizar a Alex, con tatuajes, peinados, botas o incluso la ropa que llevará fuera del partido. A falta de poder crearnos otro personaje no predefinido, estos sustanciales añadidos son de agradecer. Podremos ir ampliando el catálogo de elementos disponibles a medida que vayamos ganando seguidores en las redes sociales o aumentemos nuestro valor de traspaso. El Camino cuenta con toques RPG que nos permitirán mejorar a Hunter. ¿Cómo? Haciendo buenas exhibiciones en los partidos y entrenamientos obtendremos una serie de puntos de habilidad para poder aumentar la valoración del protagonista en apartados clave. No revelaremos más detalles sobre El Camino, pero si disfrutaste de él en FIFA 17, seguramente apreciarás esta segunda parte.
El modo Carrera también ha sido objeto de una serie de remodelaciones, potenciado esta vez con el motor gráfico Frostbite. Las negociaciones con los futbolistas se desarrollan mediante escenas interactivas, elevando las cotas de inmersión a niveles no vistos nunca en esta modalidad. Para fichar un jugador de un rival, nos reuniremos con el club para llegar a un acuerdo con el traspaso. Podemos ofrecer una cantidad determinada, incluir a alguno de nuestros jugadores en la operación y, por primera vez, agregar un porcentaje por futuro traspaso. Si las negociaciones han tenido éxito, será turno de citarnos con el jugador y su agente para establecer su contrato. Salario semanal, cláusula de rescisión, importancia dentro de la plantilla, primas por objetivos, bonus... Todo está recogido en este FIFA 18.
Nuestra habilidad negociadora es clave dentro de este apartado. Ya no será tan sencillo llevarnos a un futbolista determinado a nuestras filas, si no que tendremos que negociar en consecuencia del tipo de jugador que es y sus pretensiones. En más de una ocasión puede que se vayan tanto él como su agente cabreados con la cantidad irrisoria que ofrecimos o los altos emolumentos que nos pide. Si acabamos cansándonos de tanta cinemática, basta con delegar al segundo entrenador esta función y establecer las cantidades mínimas y máximas a las que estaríamos dispuestos a llegar.
Los torneos de pretemporada continúan, a lo que hay que sumar la ampliación del cierre de mercado según el país. Antes, el mercado siempre concluía el 31 de agosto, ahora clubes rusos siguen mandando ofertas pasado ese tiempo, ya que su cierre es más tardío. Todo un gran punto a su favor. Las noticias de EA Insider también se han visto beneficiadas por Frostbite, dando lugar a pequeños vídeos de la presentación de un futbolista con su nuevo equipo. Así, el modo Carrera de este FIFA 18 se hace más completo y dinámico, continúa siendo la opción offline preferida por muchos, pero seguimos pensando que necesitaría un lavado de cara mayor en según qué aspectos.
Adentrándonos ya en FIFA Ultimate Team, el apartado más famoso y jugado de todo el título, esta temporada recibe dos interesantes añadidos. El primero de ellos son los Iconos, los cuales sustituyen a las antiguas Leyendas de Xbox y pasan a ser multiplataforma. Esta vez, contamos con tres cartas distintas de cada jugador, con distintos atributos adaptados a la etapa que representan. Por ejemplo, Ronaldinho cuenta con una carta de su primera época en el PSG, otra en el FC Barcelona y otra en el AC Milan. La otra novedad son los Squad Battles, una especie de FUT Champions offline con interesantísimas recompensas para los mejores. Básicamente, nos enfrentaremos a otras plantillas de la comunidad Ultimate Team para subir puestos con nuestras victorias en un ránking global. A esto hay que sumarle una serie de retos diarios y Champions Channel, un canal donde ver las repeticiones de los mejores partidos de la semana.
El resto de opciones como Squad Builder Challengue, FUT Champions, FUT Draft o Temporadas siguen igual que siempre. La estabilidad online ha dado una pequeña mejora respecto al 17, y aunque todavía en los servidores hay pocas personas, FIFA en este aspecto siempre ha mantenido el tipo. Con todo ello, las mejoras en Ultimate Team han sido más bien escasas, aunque hay tantas opciones a nuestro alrededor que será imposible aburrirnos.
Donde no han corrido tanta suerte han sido Clubes Pro, Temporadas Online y el fútbol femenino, quienes no se han visto beneficiados de ninguna mejora. Mal, EA.
El aspecto gráfico de FIFA 18 sí se ha visto beneficiado de un potente upgrade. Este segundo año con Frostbite ha servido para conseguir unos mejores modelados, unos rostros aún más fieles y un escenario en general más fotorrealista. Amén de las físicas y animaciones que ya comentamos, el conjunto general luce muy bien. La iluminación diurna y vespertina es lo más bruto visto en un juego de fútbol, no así la nocturna, la cual se nota muy apagada y oscura, cosa que en ningún estadio real es así. Este problema lleva arrastrándose desde el año pasado y EA Sports no ha hecho nada por mejorarlo. Pese a todo y habiendo jugado en una Xbox One normal (nada de 4K ni HDR), nos ha dejado el resultado global un muy buen sabor de boca.
Con el tema licencias tenemos más quejas de las que nos gustaría. FIFA 18 cuenta con todos los clubes licenciados de las ligas más punteras, decenas de estadios y los marcadores oficiales de la Premier League, LaLiga Santander y la MLS. ¿El problema? Lo mal aprovechadas que están algunas licencias. Es vergonzoso como el videojuego oficial de LaLiga española cuente únicamente con dos estadios (Santiago Bernabéu y Wanda Metropolitano) mientras Pro Evolution Soccer, el cual tiene tres estadios licenciados sin tener licencia de la competición. Con los jugadores pasa igual, algunos tan famosos como Casemiro, Asensio, Carrasco, Oblak o Dembelé, estrellas de primer nivel, tienen unos rostros genéricos que poco o nada se asemejan a la realidad. Esperemos que con un futuro parche solventen al menos el problema de caras.
Finalmente, Manolo Lama y Paco González vuelven a aderezarnos la experiencia sonora. Correctos, con nuevas locuciones y algunas otras tan repetitivas como siempre. La banda sonora mantiene el sello de calidad con multitud de temas de artistas internacionales.
FIFA 18 es una evolución más que buena y sienta las bases del futuro de la franquicia. EA continúa con su clásica jugabilidad potenciada por una profunda renovación en aspectos tan determinantes como los estilos de juego, las animaciones tan fluidas de los futbolistas y unas físicas mejoradas, pese a que los centros y triangulazos tan efectivos mermen el conjunto. La nueva atmósfera inmersiva y sus gráficos mejorados enriquecen nuestra experiencia visual como nunca, sea la plataforma que sea. Junto a Alex Hunter y las novedades en Ultimate Team y modo Carrera, FIFA 18 vuelve a ser una extraordinaria representación del deporte rey, pese a que echemos de menos una cantidad de novedades mayores. La temporada comienza el próximo 29 de septiembre.