Anoche, en el Estadio de Francia de París, Francia se aseguró el pase a cuartos de final de la Liga de Naciones. Francia gana un punto, suficiente para sellar el segundo puesto del Grupo 2 de la Liga A. En su próximo partido contra Italia, líder del grupo, el próximo domingo, tendrá la opción de conseguir el primer puesto, pero será sin Kylian Mbappé, extrañamente fuera de la convocatoria internacional.
Un muy sólido Daniel Peretz, portero israelí, bloqueó todos los intentos de Francia y ayudó a su equipo a ganar su único punto en la Nations League hasta el momento. Sin embargo, el 0-0 se convirtió en un hito por otra razón: fue el partido con menos asistencia de público de la historia de "les Bleus", la selección francesa.
Hay una razón obvia para ello: se trataba de un partido contra Israel. Menos de 13.000 personas asistieron al encuentro, de un aforo de 80.000 personas. En el distrito de Saint-Denis, cientos de personas se manifestaron pidiendo un alto el fuego contra Gaza.
En el estadio, los seguidores franceses abuchearon el himno de Isareli, mientras que el centenar de visitantes israelíes, que desoyeron el consejo de Netanyahu de no asistir al partido, pidieron la liberación de los prisioneros de Hamás. Algunas peleas menores no detuvieron el partido.
En contraste con el estadio casi vacío, el de ayer fue uno de los mayores despliegues policiales de París desde los Juegos Olímpicos de Verano, con 4.000 agentes patrullando las calles y el estadio.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, sus precedentes François Hollande y Nicholas Sarkozy, así como el primer ministro Michel Barnier, asistieron al partido en un acto de protesta por los disturbios de la semana pasada en Asmterdam entre seguidores del Maccabi de Tel Aviv y partidarios propalestinos, que se consideraron un acto de antisemitismo.